Cuando hice mi curso pre-matrimonial, un buen
psicólogo nos hizo una explicación del por qué el matrimonio era un paso muy
parecido a la locura….
Al principio empezó con una fórmula que decía:
Punto de vista = Sujeto que observa + objeto
observado (o algo parecido)
En aquel momento la explicación era que el
objeto que se observa es el mismo, pero dado como cada ser
humano es diferente (pues nuestra genética nos hace
únicos), significa que ante una misma
situación observada hay tantos puntos de vista como observadores. La relación
entre esta fórmula y el matrimonio era que, el matrimonio es una relacion en la que para muchas cosas hay que ponerse de acuerdo, y basado en la fórmula anterior, esto podria ser una locura eterna. El secreto, según nos comentaba era que, en la medida en que en el
matrimonio recordaras que tu pareja es un ser distinto a ti, con unos valores
que aprendió de manera distinta a la tuya, que tiene una definición de amor,
dolor, cariño, estrés, miedo, comprensión y un sinfín de etcéteras definidos en
función de sus propias vivencias y que NO fueron iguales a las tuyas, seras mas consciente de estas diferencias y seran felices entendiendo que son distintos. Tal vez por esta razón es que cuando están ambos viendo una, vajilla, por ejemplo, lo que a ti te parece un simple juego de platos y tazas y que lo
simplificas a tal punto de que parece no gustarte, a tu pareja le puede estar
trayendo recuerdos de su infancia porque la vajilla se parece a la que
utilizaba ella cuando comía en casa de sus abuelos. El objeto observado es el
mismo, la vajilla, sin embargo el punto de vista es totalmente distinto. Imagina
la reacción de tu pareja cuando preguntó si te gustaba y tu dijiste: normal.
Ahora tal vez entiendes por qué se molestó la última vez que algo así te
sucedió. Este ejemplo que pudo haberte hecho reír (y no porque
haya sido chistoso sino porque te recordó una vivencia personal y te estás riendo
de ella), busca expresar por qué es importante estar pendientes a los puntos de
vista y como estos reflejan, de alguna u otra manera, lo que eres y piensas.
En el contexto gerencial, quisiera mostrarte
algo parecido al cómo, ante una misma situación, se puede tener una actitud
negativa o una positiva. Esto lo haré a través de una anécdota (no se si cierta) que me contaron
en un curso hace algún tiempo… Recuerda, la situación es la misma, los
vendedores decidieron cómo reaccionar a ella (recuerda que la única
persona responsable ante sus reacciones eres tú, tal y como lo comentamos en el
círculo de influencia).
La historia:
Dos vendedores de zapatos son enviados a una
región remota para explorar nuevos mercados. Justo al llegar, el primer
vendedor manda un telegrama con el siguiente mensaje a la casa matriz: “Ninguna
esperanza, no sé por qué pensamos en este lugar, aquí la gente no utiliza
zapatos”. La empresa, al ver la noticia, duda de entrar al mercado, pues la
situación no parece ser favorable, sin embargo deciden esperar por las noticias del otro vendedor. El segundo vendedor, justo al llegar y
viendo la misma situación decide enviar un telegrama URGENTE: “Increíble
oportunidad. La gente aquí todavía no utiliza zapatos, las posibilidades son
infinitas”. La circunstancia era la misma para los dos vendedores. Lo
importante, por tanto, no fue la circunstancia, sino lo que los vendedores
dicen y la forma de expresarlo.
Nuestras reacciones ante las situaciones son
las que expresan cómo reaccionamos al mundo, pues son acciones que realizamos luego de haber pensado, poco o mucho, el mensaje que queríamos transmitir. Son
esas reacciones las que, al interpretarse, nos caracterizan como optimistas o
pesimistas, transmitimos con ellas si vemos el vaso medio vacío o medio lleno, si nuestra actitud es
ganadora o no. Y más importante aun, son las que ayudan a entender si nuestro paradigma es un paradigma de colores brillantes o de tonos grises.
Ante la próxima situación, detente a
reflexionar antes de reaccionar, puede que esa pausa marque la
diferencia en el mensaje que transmites. Si no pudiste hacer la pausa antes de reaccionar, hazla después... puede que no puedas cambiar el mensaje que transmitiste pero seguro podrás aprender de tu reacción e ir cambiándola, haciéndote cada vez mas responsable de ellas.
Espero que haya sido de tu interés…
Arquimedes Machado (Kimo)
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¡Tremendo mensaje para el aprendizaje!
ResponderEliminarGracias Aurimar.... Que bueno que te haya gustado!!!
EliminarSaludos