martes, 16 de julio de 2013

Diría Newton, Acción y reacción!!!

Cuando hice mi curso pre-matrimonial, un buen psicólogo nos hizo una explicación del por qué el matrimonio era un paso muy parecido a la locura….

Al principio empezó con una fórmula que decía:

Punto de vista = Sujeto que observa + objeto observado (o algo parecido)

En aquel momento la explicación era que el objeto que se observa es el mismo, pero dado como cada ser humano es diferente (pues nuestra genética nos hace únicos), significa que  ante una misma situación observada hay tantos puntos de vista como observadores. La relación entre esta fórmula y el matrimonio era que, el matrimonio es una relacion en la que para muchas cosas hay que ponerse de acuerdo, y basado en la fórmula anterior, esto podria ser una locura eterna. El secreto, según nos comentaba era que, en la medida en que en el matrimonio recordaras que tu pareja es un ser distinto a ti, con unos valores que aprendió de manera distinta a la tuya, que tiene una definición de amor, dolor, cariño, estrés, miedo, comprensión y un sinfín de etcéteras definidos en función de sus propias vivencias y que NO fueron iguales a las tuyas, seras mas consciente de estas diferencias y seran felices entendiendo que son distintos. Tal vez por esta razón es que cuando están ambos viendo una, vajilla, por ejemplo, lo que a ti te parece un simple juego de platos y tazas y que lo simplificas a tal punto de que parece no gustarte, a tu pareja le puede estar trayendo recuerdos de su infancia porque la vajilla se parece a la que utilizaba ella cuando comía en casa de sus abuelos. El objeto observado es el mismo, la vajilla, sin embargo el punto de vista es totalmente distinto. Imagina la reacción de tu pareja cuando preguntó si te gustaba y tu dijiste: normal. Ahora tal vez entiendes por qué se molestó la última vez que algo así te sucedió. Este ejemplo que pudo haberte hecho reír (y no porque haya sido chistoso sino porque te recordó una vivencia personal y te estás riendo de ella), busca expresar por qué es importante estar pendientes a los puntos de vista y como estos reflejan, de alguna u otra manera, lo que eres y piensas.

En el contexto gerencial, quisiera mostrarte algo parecido al cómo, ante una misma situación, se puede tener una actitud negativa o una positiva. Esto lo haré a través de una anécdota (no se si cierta) que me contaron en un curso hace algún tiempo… Recuerda, la situación es la misma, los vendedores decidieron cómo reaccionar a ella (recuerda que la única persona responsable ante sus reacciones eres tú, tal y como lo comentamos en el círculo de influencia).

La historia:

Dos vendedores de zapatos son enviados a una región remota para explorar nuevos mercados. Justo al llegar, el primer vendedor manda un telegrama con el siguiente mensaje a la casa matriz: “Ninguna esperanza, no sé por qué pensamos en este lugar, aquí la gente no utiliza zapatos”. La empresa, al ver la noticia, duda de entrar al mercado, pues la situación no parece ser favorable, sin embargo deciden esperar por las noticias del otro vendedor. El segundo vendedor, justo al llegar y viendo la misma situación decide enviar un telegrama URGENTE: “Increíble oportunidad. La gente aquí todavía no utiliza zapatos, las posibilidades son infinitas”. La circunstancia era la misma para los dos vendedores. Lo importante, por tanto, no fue la circunstancia, sino lo que los vendedores dicen y la forma de expresarlo.

Nuestras reacciones ante las situaciones son las que expresan cómo reaccionamos al mundo, pues son acciones que realizamos luego de haber pensado, poco o mucho, el mensaje que queríamos transmitir. Son esas reacciones las que, al interpretarse, nos caracterizan como optimistas o pesimistas, transmitimos con ellas si vemos el vaso medio vacío o medio lleno, si nuestra actitud es ganadora o no. Y más importante aun, son las que ayudan a entender si nuestro paradigma es un paradigma de colores brillantes o de tonos grises.

Ante la próxima situación, detente a reflexionar antes de reaccionar, puede que esa pausa marque la diferencia en el mensaje que transmites. Si no pudiste hacer la pausa antes de reaccionar, hazla después... puede que no puedas cambiar el mensaje que transmitiste pero seguro podrás aprender de tu reacción e ir cambiándola, haciéndote cada vez mas responsable de ellas.

Espero que haya sido de tu interés… 

Arquimedes Machado (Kimo)
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